César León

"Una silla descansando" es una obra que combina pintura y escultura para representar una silla a escala real completamente blanca. Su forma solo se define por las sombras proyectadas, las cuales aparecen en distintos tonos de gris dentro de la composición. La silla está situada en un rincón del piso, alterando su disposición natural: en lugar de ser un volumen convexo, se presenta como una estructura cóncava. Es decir, la superficie destinada a sentarse aparece hundida, anulando su función práctica. Sobre esta silla invertida, reposa otra versión a menor escala, también blanca, que proyecta sombras reales sobre la superficie del objeto. La obra surge de una reflexión sobre las ilusiones ópticas en los objetos cotidianos, específicamente la ambigüedad de profundidad, un fenómeno perceptivo que dificulta determinar la ubicación espacial de un elemento. En este contexto, ciertos puntos parecen ocupar diferentes lugares dependiendo del ángulo desde el que se observan. Curiosamente, cuando la obra es fotografiada, su tridimensionalidad se aplana, pero al recorrerla en persona, las proporciones cambian y sus partes parecen desplazarse en diferentes direcciones, desafiando la estabilidad visual. A menudo, no cuestionamos la utilidad de los objetos hasta que dejan de cumplir su función. Mientras están en buen estado, pasan desapercibidos, reduciéndose a su uso práctico. Sin embargo, cuando se deterioran, adquirimos una nueva conciencia sobre su estructura, sus materiales y su proceso de fabricación. En ese momento, el objeto deja de ser solo una herramienta y se convierte en un elemento de contemplación y análisis. La obra propone precisamente esta reflexión: aquí, la silla ha perdido su propósito original, "descansa" en un estado de inactividad, pero activa la memoria y la imaginación del espectador, invitándolo a repensar la forma, el volumen y la luz."